Después de haber renovado la cocina con pintura, me puse manos a la obra con el salón. Y es que es increíble lo que puedes conseguir con la pintura y el tono adecuado, y más aún si lo combinas con un papel pintado espectacular como éste de Saint Honoré, que me regalaron en un taller organizado por Grupo Pyma. Lo mejor es que pude elegir entre cientos y cientos de papeles, y al final opté por un acabado de serpiente en gris. Es una pena que en las fotos no se aprecie la textura, imita genial las escamas de la serpiente.
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Y es que ya os he contado que este piso ha estado en alquiler muchos años, y así tal cual me lo encontré yo, con este tono vainilla que me espanta.
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La forma del salón me parece preciosa, todo el frontal son unos ventanales gigantescos y tiene un par de columnas que le da un rollo muy original.
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Lo primero que hice fue deshacerme del vainilla. Lo cambié por el tono diamante de Bricolar de Pyma que es un tono súper limpio y elegante. Las comparaciones son odiosas...a veces.
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Una vez tuve todo pintado, empecé a empapelar las dos paredes que están enfrente de los ventanales. Lo primero que tenemos que hacer es medir la superficie a empapelar y calcular los rollos que necesitamos. Este modelo cunde mucho porque en vez de 50 cm que es lo más estándar, mide 70 cm.
Yo siempre corto las tiras y las numero por la parte posterior, este dibujo no hace falta casarlo, por lo que no se pierde prácticamente nada de papel.
Hay infinidad de tutoriales en internet con vídeos que os enseñan a empapelar, la verdad es que es mucho más sencillo de lo que parece.
Lo primero es darle cola por la parte trasera y dejarlo reposar un par de minutos. Tenemos que ser bien generosos con el producto.![]()
Una vez hemos colocado la primera tira, pasamos un cepillo plano para evitar que se formen burbujas y se fije bien el papel a la pared.
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Os cuento un par de trucos que utilizo yo. El primero es darle con la cola de empapelar justo por donde pasarán los bordes del papel. Como en las dos fotos de abajo.![]()
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El otro truco es que con un pincel finito le doy cola por dentro para que quede bien rematado.
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Para cajear los enchufes basta con cortar con un cúter el papel.
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Aquí vemos ya dos tiras colocadas. Esto va bien...![]()
Cuando el papel está ya seco se corta el sobrante con un cúter. Si no esperamos a que esté bien seco correremos el riesgo a que se rasgue, así que paciencia!
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Aproveché también para pintar los rodapiés del mismo gris que la pared.
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Y tachánnnn: Así quedó esa pared ya con los muebles colocados.
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Aquí vemos la zona de los ventanales y las dos columnas ahora grises.
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Y es que ya os he contado que este piso ha estado en alquiler muchos años, y así tal cual me lo encontré yo, con este tono vainilla que me espanta.

La forma del salón me parece preciosa, todo el frontal son unos ventanales gigantescos y tiene un par de columnas que le da un rollo muy original.

Lo primero que hice fue deshacerme del vainilla. Lo cambié por el tono diamante de Bricolar de Pyma que es un tono súper limpio y elegante. Las comparaciones son odiosas...a veces.

Una vez tuve todo pintado, empecé a empapelar las dos paredes que están enfrente de los ventanales. Lo primero que tenemos que hacer es medir la superficie a empapelar y calcular los rollos que necesitamos. Este modelo cunde mucho porque en vez de 50 cm que es lo más estándar, mide 70 cm.
Yo siempre corto las tiras y las numero por la parte posterior, este dibujo no hace falta casarlo, por lo que no se pierde prácticamente nada de papel.
Hay infinidad de tutoriales en internet con vídeos que os enseñan a empapelar, la verdad es que es mucho más sencillo de lo que parece.
Lo primero es darle cola por la parte trasera y dejarlo reposar un par de minutos. Tenemos que ser bien generosos con el producto.

Una vez hemos colocado la primera tira, pasamos un cepillo plano para evitar que se formen burbujas y se fije bien el papel a la pared.

Os cuento un par de trucos que utilizo yo. El primero es darle con la cola de empapelar justo por donde pasarán los bordes del papel. Como en las dos fotos de abajo.


El otro truco es que con un pincel finito le doy cola por dentro para que quede bien rematado.

Para cajear los enchufes basta con cortar con un cúter el papel.

Aquí vemos ya dos tiras colocadas. Esto va bien...

Cuando el papel está ya seco se corta el sobrante con un cúter. Si no esperamos a que esté bien seco correremos el riesgo a que se rasgue, así que paciencia!

Aproveché también para pintar los rodapiés del mismo gris que la pared.

Y tachánnnn: Así quedó esa pared ya con los muebles colocados.

Aquí vemos la zona de los ventanales y las dos columnas ahora grises.


Y esta es mi lámpara preferida, me encanta que tiene mucho movimiento, es un pasada. Es de Camino a Casa.

De momento tengo estos muebles con los que he hecho un pequeño popurrí, en breve vienen de camino mis nuevas adquisiciones, ya os enseñaré cuando tenga el salón decorado del todo, aunque reconozco que así ya me va gustando.

Y es que lo más importante es sentirse feliz en casa, y así estoy yo, que aunque vaya despacito, todo va tomando forma para que mi niño y yo estemos a gusto en ella.
